bodas

Sólo he ido a dos bodas en mi vida. De invitada, claro, porque de camarera he ido a muchas. Creo que durante esa época, cuando trabajaba en bodas vestida de sirvienta del siglo XVIII, me di cuenta de que no me quería casar. Y yo de pequeña era de las que se imaginaba el día de su boda con flores y sables (por debajo del sable pasaba yo y mi futuro). Como la mayoría de las niñas me quería casar. Por supuesto no pensaba en el matrimonio, sino en el día de la boda. Hasta que descubrí lo que realmente ocurre en las bodas.


En el 95% de las bodas a las que asistí como sirvienta, la novia fue criticada por casi todas las mujeres invitadas. Que sí le queda mal el vestido, que si no le favorece nada el peinado, que si está demasiado delgada... Por supuesto cuando la novia se acercaba a la mesa a saludar, las comensales le repetían una y otra vez lo guapísima que estaba y lo bien que le habían peinado. Al principio pensaba que serían coincidencias, pero cuando en la boda número 20 lo sigues escuchando piensas que las mujeres somos unas arpías. Y piensas que ya no te quieres casar. Por supuesto los hombres no hablaban del novio, y de la novia muchísimo menos.

Decidí que no me casaría para que nadie me criticara. Estaréis pensando que vaya razón estúpida para no casarse. En realidad esa no fue la única razón, fueron varias. Pero lo cierto es que se me quitaron las ganas. Pensé que con todo el dinero que te gastas en la boda puedes hacer un viaje de 1 mes alrededor del mundo. O lo puedes ahorrar. O te puedes comprar un coche. Sin embargo siempre he querido probarme un vestido de novia, como en el capítulo de Friends es que las 3 chicas acaban viendo la tele enfundadas en trajes de novia. Y no se los quieren quitar. Yo también quiero probarme uno. No sé porqué pero me apetece.

Por otro lado, las bodas son una auténtica putada para los padres de los novios. No estoy nada puesta en formalidades pero creo que hoy en día son los padres los que corren con todos los gastos. Para empezar el traje de novia es más caro que pasar 2 semanas en Tokio. Y todo es una gran tapadera para amueblar la casa y hacerte un pedazo de viaje. Todo a costa de tus padres, que se quedan sin un duro, los pobres. ¿No es un poco injusto? Bueno, sé que estoy siendo un poco exagerada y que esto ha sido así toda la vida... y que probablemente si mi novio se quisiera casar yo hubiera tragado y hubiera cedido. Pero es que me he puesto a ver fotos de cuando iba disfrazada de camarera del Titanic y me he dado mucha pena. Y es que en realidad lo que yo quiero es probarme un traje de novia y sentarme en el sillón con unas palomitas a ver una peli.